Johanna Panebianco

PROBLEMÁTICAS Y DESAFÍOS DEL TURISMO

Nuestra Provincia es heterogénea por donde se la mire, en términos de superficie, población, desarrollo urbano, entre otras características; y el turismo representa esa diversidad que se refleja en kilómetros de extensas playas que caracterizan a la Costa Atlántica con destinos como Mar del Plata, Villa Gesell, Pinamar o General Alvarado, pasando por cordones de sierras como Tandil, Tornquist o Sierra de la Ventana, hasta el fortalecimiento local de costumbres, legados e historias como Ayacucho, tierra del Martin Fierro, y los pueblos rurales como en San Antonio de Areco o Carlos Keen. 

Tal es la diversidad, que para algunos municipios el turismo es un sector clave y estratégico para sus economías locales, mientras que para otros es un sector más que se articula con otras actividades económicas, o que adquiere características de potencial desarrollo.

Sin embargo, hay una característica común: todos estos sectores, trabajadores, pymes y emprendedores hoy están viviendo una situación crítica y de preocupación. Se trata de la crisis más grande de la historia del sector. El golpe que han recibido producto de la pandemia produjo un retroceso de 40 años, en donde la actividad se hundió a niveles comparables a los de 1980. En este contexto, por acción y por omisión, el Gobierno pareciera no haber tomado real dimensión de la profundidad de esta cuestión. Por ejemplo, en la Provincia todavía no se reglamentó la Ley 15.191, que es la que declaró la emergencia turística en octubre del 2020. 

Y la verdad, la Provincia ya no resiste más improvisaciones. Y lo digo cómo bonaerense que observo con profunda preocupación la situación de esta industria en las localidades del interior.

Se están perdiendo cerca de 220 puestos de trabajo por día en el país. Es decir, por hora 9 personas que antes trabajaban en el turismo hoy están desempleadas. Siendo la mayoría mujeres, jefas de hogares, que se dedican a la actividad.

Desde el inicio de la pandemia, cerraron 11.800 establecimientos hoteleros y gastronómicos. De ese total, 3.800 lo hicieron durante 2021, según datos publicados por el último informe de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA).

En el mismo sentido, el Presidente de la Asociación Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), Roberto Amenguel, sostuvo que “llevó al menos 14 años generar 15.000 puestos. Ahora en solo un año se destruyeron 85.000, cinco veces más

Otro punto, que pocas veces se menciona vinculado al turismo es la educación: se estima que cayó un 50% la matrícula de establecimientos educativos y terciarios de formación en turismo, impactando no solo en los ingresos de estas instituciones sino también en el futuro de los profesionales del referido sector.

En el interior de nuestra Provincia estos datos se agudizan. La mayor parte del sector se encuentra endeudado y, si bien el Ministerio de Turismo y Deportes, manifestó que la temporada de verano fue exitosa, esta no alcanzó  para recuperar los ingresos, y no tuvo buenos resultados en todos los municipios. Sólo algunos destinos en la Costa Atlántica registraron buena ocupación, frente a una inmensa mayoría que estuvo muy por debajo de los niveles promedio. Sin olvidarnos, por ejemplo, que casi un 30% de los hoteles de Mar del Plata estuvieron cerrados y que la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) ya adelantó que, en lo que va de este 2021, se produjo el cierre de unos 70 establecimientos, principalmente en la zona céntrica de la ciudad de Mar del Plata.

Actualmente, la actividad hotelera y gastronómica de los municipios del interior se encuentra en una situación de insostenibilidad. Los alojamientos de muchas ciudades turísticas y pueblos con atractivos turísticos, llevan más de dos meses (luego de Semana Santa) sin ingresos. Y lo peor, las modalidades de asistencia estatal están dejando afuera a establecimientos PyMEs, unipersonales y familiares, que constituyen la gran mayoría de los hoteles y restaurantes de las localidades del interior.

Por su parte, la situación por la cual atraviesa el sector del transporte de pasajeros tampoco es alentadora. Para ellos la demanda en promedio cayó un 50%.

Todos estos datos que parecen fríos o simplemente números, en realidad son cientos de familias que están esperando desesperadamente una señal de claridad. Como lo advirtió el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, “todos necesitamos mayor previsibilidad y reglas claras”.  Y acá no se trata de una semana o una semana menos, sino de la imposibilidad de poder planificar y proyectar. No se puede seguir tomando las decisiones aisladas, sin escuchar a los protagonistas y a uno de los sectores más castigados en materia económica por esta pandemia. 

El Gobierno debe entender que evidentemente lo hecho hasta acá no alcanzó. Hay que redoblar el esfuerzo y la asistencia. La recuperación del turismo es un desafío demasiado grande para ser abordado por un  solo actor o por una sola organización. Y ahí el sector está para colaborar. Lo veo, y lo vengo viendo durante todo este tiempo, estando muy cerca con reuniones, encuentros y charlas con empresarios, trabajadores y agencias de turismo. Y en todas no solo veo la preocupación de lo que está pasando, sino también veo un enorme compromiso de encontrar constantemente estrategias, iniciativas y proyectos innovadores. 

Los desafíos son enormes. Tenemos una agenda que abordar rápidamente y con todos en la mesa. Inmediatamente se deben implementar políticas públicas que combinen seguridad sanitaria en los municipios turísticos más chicos, turismo accesible con nuevos protocolos, adaptación del nuevo turismo con rentabilidad para el sector, promover políticas que promuevan la inserción real de las mujeres en el sector turístico y no dejar solos a los municipios del interior que viven y se mantienen gracias al turismo.

Johanna Panebianco – Diputada Provincial Juntos por el Cambio

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