“Ustedes los jóvenes la tienen fácil” es una de las tantas frases comunes que se utilizan para hablar de nosotros. O como dijo el Presidente de la Nación, en una conferencia de prensa, se necesita más esfuerzo de nuestra parte porque nos creemos “inmunes”. Como si lo único que nos caracterizara fuera la soberbia, la irreverencia y la desobediencia.
No es la primera vez que nos etiquetan. Nos han dicho vagos, que no teníamos objetivos y que no nos interesaba nada de nada. Como si la juventud no se esforzara, como si la juventud no luchara por lo que ama o no le preocupara lo que pasa.
¿Acaso cuando se habla con liviandad de los jóvenes ni-ni, que no estudian ni trabajan, se sabe que el 75% son mujeres y que gran parte de ellas no lo hacen porque deben cuidar de sus hijos, hermanos o abuelos porque en sus hogares no tienen el dinero para pagar a alguien que los cuide? ¿Acaso se contempla que más del 40% son madres jóvenes que interrumpen sus estudios y ven afectada su vida laboral?
¿Acaso se saben las dificultades en materia de salud mental que están atravesando muchísimos jóvenes producto de la pandemia? ¿Acaso se entiende que ya hay miles de chicos y chicas pensando irse a otro país porque ven que no encuentran oportunidades para proyectar su futuro? ¿Acaso se tiene en cuenta que, según distintas encuestas de opinión, las principales preocupaciones de los jóvenes se relacionan con el trabajo y la situación económica que viven sus hogares? ¿Acaso se sabe que la informalidad laboral afecta al 60% de los jóvenes, con las dificultades que eso les trae para sus trayectorias de vida?
Por eso, no todo es como dijo el Presidente. No todos estamos ansiosos por “ir a una fiesta electrónica o jugar un picadito”. Claro que somos seres sociales y necesitamos interactuar, pero generalizar a la juventud como si fuera una sola y de manera despectiva, abordando sólo la fase de divertimento, no hace más que profundizar ciertos mitos que han construido sobre nosotros.
Nosotros que fuimos los primeros en organizarnos para hacer un voluntariado y controlar las filas de los bancos o llevar una bolsa de supermercado a un adulto mayor. Nosotros que nos tuvimos que readaptar a la nueva modalidad para estudiar y ver cómo amigos y compañeros tuvieron que abandonar porque se les hacía imposible mantener la virtualidad. Nosotros que valoramos y admiramos a los jóvenes docentes, policías, médicos y médicas recién recibidos que están dando la pelea día a día. Nosotros que, como profesionales que recién nos iniciamos en el mundo laboral, necesitamos que nos acompañen. Nosotras que levantamos la voz cada vez que se vulneran nuestros derechos como jóvenes y mujeres. Nosotros que alentamos la innovación y seguimos apostando y creyendo que se puede tener un país mejor. Que creemos que vale la pena seguir formándose, que buscamos oportunidades y no paramos hasta encontrarlas.
Es un mito que las juventudes no se esfuerzan. Es un mito que las juventudes son pasivas. Es un mito que hay desgano y que no nos motiva nada. Es un mito que sólo somos redes sociales y fiesta. Es un mito que no sabemos lo que pasa y no conocemos las consecuencias de las acciones.
Nos mueve cada una de nuestras familias, nuestros vínculos, nuestros sueños, nuestros miedos y desafíos. Nos mueven las desigualdades que vemos a diario, las deficiencias que tenemos como sociedad y las expectativas por trabajar para ser mejores. Y acá no hay diferencias, lo que estamos viviendo y lo que viene nos convoca a todos. Jóvenes o adultos, no importa la edad que tengamos. Ninguno merece ser encasillado sino ser comprendido como ser único que es.
Derribemos las etiquetas y eliminemos los prejuicios. Pensemos más allá de los mitos que nos quieren imponer. Los jóvenes tenemos una fuerza enorme que será necesaria para reconstruir al país post-pandemia. Una fuerza y energía que, sin dudarlo, debe sumarse a la experiencia y trayectoria de los más grandes. Así saldremos juntos adelante ¡No aflojemos! Y a vos, que sos joven y que te llenan todos los días de etiquetas, te pido que no bajes los brazos. Las juventudes, con toda su diversidad y fortaleza, deben ser protagonistas de lo que se viene.
Johanna Panebianco – Diputada Provincial Juntos por el Cambio