Johanna Panebianco

Juntos

El coronavirus nos enfrenta al desafío de cómo respondemos como sociedad. Nos interpela a ser mejores, a ser responsables y más solidarios con nosotros mismos y con los otros. Porque la forma de salir de esta dificultad es tirando todos juntos para el mismo lado. Esta vez, más que nunca, es en equipo.

Y ese equipo es nuestra familia, nuestros amigos y vecinos. Son todos los municipios, la Provincia y los más de 44 millones de argentinos. 

Ese equipo son los médicos, enfermeros y auxiliares de la salud que trabajan a contrarreloj para detener al virus y ayudarnos a todos nosotros. También la Policía y los Bomberos que controlan que la cuarentena se cumpla. 

Ese equipo son los trabajadores municipales y los recolectores de basura que siguen ofreciendo sus servicios. Y son los comerciantes y los productores garantizan los alimentos. 

Son también los trabajadores sociales, acompañantes terapéuticos y las personas que cuidan de otros y hacen el heroico esfuerzo de estar ahí para nuestros adultos mayores, transmitiendoles tranquilidad, entreteniéndolos o haciendo las compras para que no les falte nada.

La situación a la que nos estamos enfrentando es dura. El camino a recorrer es y será difícil. El trayecto es largo pero es posible transitarlo si cada uno se cuida y protege al que tiene al lado. 

No hay individualismo posible. No hay lugar para las avivadas, los atajos y las especulaciones. Ni políticas, ni económicas, ni de ningún tipo.

Necesitamos unirnos para combatir esto que estamos atravesando. Cuanto más solidarios seamos como pueblo y respetuosos de las medidas que están tomando los gobiernos, en todos sus niveles, más rápido vamos a recuperarnos.

El aislamiento es la única medida real que podemos tomar para prevenir el avance desmedido del virus.

Por eso tenemos que ser creativos a la hora de pensar cómo nos acompañamos, especialmente a los grupos de riesgo, que son los que llevan más tiempo adentro y a los que las horas se les hacen cada vez más largas, porque su temor también es más real. 

Por ellos es que tenemos que tomar conciencia en primer lugar. Deambular irresponsablemente nos hace cómplices de la propagación de este virus que para ellos es mortal. 

Mi mamá es una de estas personas. Ella está inmunosuprimida hace cinco años y, sin dudarlo, por motus propio y por recomendación de mi hermano y mía, se resguardó desde antes que se hablara del aislamiento, sugerido u obligatorio. Y claro que la extraño, que me encantaría ir a verla y abrazarla pero eso sería totalmente irresponsable. 

Algunos tuvimos la suerte de empezar con el aislamiento desde el primer lunes luego de la invitación a hacerlo del Presidente, porque tenemos trabajos que pueden continuarse desde nuestras casas. Pero este no es el caso de todos. Muchos dependen de lo que producen y, claramente por la situación que tenemos por delante, traerá consecuencias que aún son incalculables.

También sé que algunos están “caminando por las paredes”, aún cuando recién comenzaron el aislamiento una vez que se tornó obligatorio. Claro que la cuarentena es difícil. Somos seres sociales, nos gusta y necesitamos del contacto con el otro, pero aunque los entiendo les pido que tomen conciencia porque ya no tenemos elección.

En otros países la cuarentena empieza a mostrar algunos resultados positivos. Tenemos que hacerlo por cada uno de nosotros, pero sobre todo, para proteger al otro. 

Mientras tanto es mucho lo que podemos hacer desde nuestras casas: un llamado por teléfono a nuestros abuelos para dar aliento o una propuesta de entretenimiento a nuestros familiares más inquietos. Solo tenemos que ser creativos y aprender a estar, aunque no sea físicamente. No dudemos, vamos a salir adelante y lo vamos a hacer juntos. Seamos responsables.

Johanna Panebianco – Diputada Provincial Juntos por el Cambio

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